|Jesús Navarro Egea y Ana Navarro Sequero| La obra que acaba de publicarse editada por la Confederación Hidrográfica del Segura, supone un ingente trabajo que ha llevado unos diez años de intensa preparación e indagación acerca de loas bucólicas fuentes del extenso territorio moratallero, se contabilizaron un total de 331 manantiales, en donde se incluye como señala el título, descripciones pormenorizadas relativas a medidas físicas objetivas, volúmenes, posición y altitud de los veneros hasta la exposición de auténticos cuadros de la naturaleza en lo que respecta a flora, fauna, geología o aspectos etnográficos referidos al uso ancestral del agua por las gentes del lugar.
El volumen, pese a sus 457 páginas es sencillo de manejar al detallar los manantiales en orden alfabético, posibilitar buscarlos según zonas o pedanías contribuyendo a ello un significativo conjunto de anexos y un índice en donde de manera simplificada pueden consultarse aspectos buscados y localizarlos rápidamente, además se muestran variables más específicas que pueden servir a otros estudios de carácter hidrográfico, climático o de naturaleza en sentido amplio, un nutrido elenco bibliográfico a su vez señala otros datos que complementan el arduo trabajo de campo.
En una región de precipitaciones mínimas en relación con la media peninsular el presente estudio adquiere valor particular, el progreso de esta tierra no puede entenderse sin una optimización y respecto de recursos, la zona estudiada supone una reserva de acuíferos a datar en profundidad, a cuidar y administrar a la vez que el rico entorno de estas montañas y valles.
Ha sido una empresa compleja, una auténtica aventura colorista que requirió recorrer en torno a los 20.000 kilómetros y eso solamente solamente contando desde el pueblo de Moratalla, la primera fuente se documentó en 2014 tras dos o tres años de preparación, las últimas se visitaron a finales de 2020, el esfuerzo ha supuesto luchar contra múltiples imprevistos e incluso accidentes por estos vastos y limpios horizontes del noroeste murciano, desde la inmersión en imprevistas borrascas hasta encuentros con animales montaraces y potencialmente peligrosos.
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Source: Agencias